el
papel
que
se
les
asigna
en
el
mercado
global
en
temas
como
el
tráfico
de
órganos
o
la
explotación
sexual».
(Grupo
Subrosa,
Taller
Rekalde,
2010)
y
resume:
«el
cuerpo
de
la
mujer
se
ha
convertido
en
un
objeto
de
consumo»
(Wilding,
Taller
Rekalde,
2010).
«La
importancia
de
la
Creatividad
en
los
constructos
sociales,
en
las
vinculaciones
con las dimensiones biológicas del ser humano, la cultura y la libertad»
En
esta
década
prodigiosa
para
las
mujeres
artistas,
se
ubica
uno
de
los
trabajos
net
art
más
relevantes
en
el
tratamiento
de
la
identidad
genérica,
fusión
de
género
y
tecnocuerpo,
está
considerado
como
una
de
las
piezas
más
importantes
del
ciberfeminismo
no
solo
por
su
calidad
artística
sino
como
praxis
política
del
fenómeno
trans,
reconocida
y
adquirida
por
el
museo
Guggenheim
para
su
colección
on
line
y
de
nuevos
media,
nos
referimos
a
la
historia
de
Brandon
Teena,
nacido
(Teena
Renae
Brandon)
asesinado
por
su
condición
de
persona
transexual.
La
obra
se
presento
en
Madrid
en
el
2016,
organizada
por
Toxix
Lesbian
con
la
presencia
de
la
autora Shu Lea Cheang y dirigida la navegación publica por Remedios Zafra.
Lea
Cheang,
es
una
artista
de
naturaleza
heterogénea
y
procesos
artísticos
diversos,
net.based,
netwoeked,
performance
y
producción
de
películas,
crea
espacios
teatrales
con
múltiples
actores
y
diferentes
relatos
en
ubicaciones
compartidas,
el
ciberespacio
y
el
espacio
público.
Es
una
activista
en
la
teoría
y
acción,
su
obra
multimedia
está
enmarcada
en
el
feminismo
militante,
ataca
el
constructo
social
género,
raza,
clase
y
ensaya
nuevos
iconos
para
reprogramar
la
sexualidad,
la
pornografía
y
el
amor,
«
hay
fronteras
que
cruzar,
géneros
que
intercambiar
y
cuerpos
que
retocar»
(García-
Oliveros,
entrevista
Shu
Lea
Cheang,
Madrid,
2016).
Su
obra
enmarcada
en
la
ciencia
ficción
y
en
la
ingeniería
genética
de
los
replicantes,
futuros
esclav@s
del
capitalismo
global,
evoca
y
critica
las
consignas
de
la
nueva
esclavitud,
conseguir
human@s
artificialmente
más
fuertes,
sin
emociones
ni
empatía,
producto
perfecto
para
extraer
una
plusvalía
concatenada.
De
corporación
a
corporación
de
la
«Tyrell»
hasta
la
«GENOM.
Corp»
y
de
patente
a
patente,
las
multinacionales
precursoras
de
un
poder
tecnológico
sin
precedentes
en
los
procesos
de
transmutación
de
lo
humano,
se
dedican
a
fabricar
criaturas
artificiales
y
comerciar
con
ellas,
en
este
caso
Genom,
es
el
imperio
del
porno,
de
la
hibridación
sexual,
la
autora
hace
un
trabajo
de
campo
sobre
el
orgasmo
a
través
de
los
códec
de
IKU
(Orgasmo)
–hechos
de
cuerpos
de
discos
duros–
para
reinscribirlos
en
el
territorio
de
Genom,
resucitando
virus
infectados
y
sustituyendo
sexo
por
código,
llegando
a
un
climax
dantesco
en
la
reinterpretación
del
erotismo
en
el
film,
«This
is
not
love,
this
is
sex».Creemos
que
en
el
buceo
de
este
ideario
y
con
los
ejemplos
propuestos
queda
explicitado
la
conglutinación
entre
ciberfeminismo
y
net
art,
su
complicidad
en
el
uso
del
cuerpo,
la
comunión
de
ambos
en
el
reconocimiento
de
la
conciencia
que
cada
persona
tiene
respecto
de
sí
misma
y
la
condena
a
las
construcciones
sociales
arquetípicasLa
relación
entre
Arte,
Tecnología,
Género,
ha
promovido
una
eclosión
de
discursos
críticos
recurrentes
sobre
el
cuerpo,
el
género
y
la
sexualidad
que
han
redefinido
la
representación.
Un
sector
de
mujeres
se
ha
incorporado
al
universo
tecnológico
aunque
su
participación
y
el
lugar
subalterno
que
ocupan
en
los
puestos
de
dirección
nos
sitúen
lejos
de
alcanzar
la
paridad.
Es
alentador
lo
conseguido
por
mujeres
artistas,
mujeres
feministas,
pero
el
ciberfeminismo
debería
de
asumir
que
el
empoderamiento
a
través
de
la
tecnología
debe
de
incluir
lo
político
como
elemento
transformador
para
desintegrar
el
irreductible
sistema
binario
y
desprogramar
la
falocracia.